Si tengo que hacer un balance del curso pues... la verdad es que no ha estado mal. Lo menos que puedo decir es que ha sido algo diferente.
Al principio, tanto mis compañeros como yo estábamos un poco perdidos. El primer día que entré en clase (llegaba un poco tarde) encontré al profesor leyendo una pequeña historia (ahora no recuerdo cuál) de un libro a los alumnos. ¡Joder que raro!, yo esperaba entrar y ver a mis compañeros copiando como locos en sus apuntes las leyes del sistema capitalista... y mira no fue así.
Al final esa pequeña lectura se convirtió en el inicio de todas las clases cada vez que visitábamos el aula 201, y la verdad que tengo que reconocer que era algo que me gustaba. Te relajaba bastante.
Luego estaba lo de la libertad creativa y el amplio espacio de actuación personal que nos daba el profe, algo que tampoco era muy común en nuestra facultad. Poco a poco fuimos capaces de adaptarnos a ese espacio y a saber trabajar en él.
Por último está lo del trabajo en equipo. Cuando los hacíamos en clase la verdad es que salían bastante bien y sacábamos conclusiones que estaban bastante bien (y que yo mismo he publicado en este blog por si alguien quiere verlas). Cuando trabajábamos para en el grupo del trabajo de investigación he de admitir que hubo menos cooperación de la que me habría gustado, pero la verdad que al final el trabajo nos salió estupendamente.
Una crítica negativa: Me hubiese gustado analizar el sistema económico desde una perspectiva más global, algo que no hemos hecho en clase. Hubo un amago cuando hablamos del libro de Sweezy pero al final acabámos hablando de jamones y aceite de oliva. Creo que eso fue un fallo.
Pero repito: el balance final es positivo.
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