La responsabilidad social corporativa es la contribución voluntaria de las empresas para el desarrollo de zonas subdesarrolladas, el cuidado del medio ambiente,... Lo que en teoría debía ser un acto altruísta por parte de los mayores concentradores de capital del mundo nunca lo es. Estas contribuciones que se hacen forman parte de la política de márketing empresarial, sirven más para un lavado de cara que para una forma de actuar.
Sin embargo, el mayor fraude de responsabilidad social corporativa, en mi opinión no se da en el sector privado, sino en el público. Me refiero a la Ayuda Oficial al Desarrollo. Todos sabemos que la AOD consiste en ayudar a los países subdesarrollados a través de la donación del 0,7% del PIB de los países desarrollados. Sin embargo la realidad es muy distinta porque prácticamente ningún país acaba llegando al famoso 0,7%. Un 0,7% del PIB de un país como Estados Unidos no supone una gran pérdida económica para ellos, o incluso para un país como España, pero nunca se llega. Además hay que recordar que la causa de que estos países estén subdesarrollados, algunos de ellos alcanzando cotas de pobreza extrema, es la concentración de capital y la explotación de recursos y mano de obra por parte de los países más desarrollados.
En el 0,7% español (al que nunca se llega) se incluyen los créditos de Fondos de Ayuda al Desarrollo (FAD). Son créditos que se dan a los países subdesarrollados para la compra de productos (sobre toda materiales para la construcción de infraestructuras). El dinero de estos créditos tiene que ser empleado por parte de los gobiernos de los países a los que se les otorgan para comprar los productos que necesiten a empresas españolas. Con lo cual más que una cooperación al desarrollo es una cooperación para la promoción de empresas españolas en el tercer mundo.
Creo que la AOD sirve más para lavar la cara a los gobiernos de los países más ricos que para ayudar al desarrollo de los más pobres.
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